Un bosque amenazado en el desierto

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La ciudad de Mendoza, en la región de Cuyo, Argentina. David Gimenez

Una nota reciente de el Diario El País de España recoge la mirada de dos expertos sobre los desafíos de la ciudad frente al cambio climático. Elma Montaña es experta en planificación urbana y cambio ambiental global en tierras secas y forma parte del Laboratorio de Aguas Cuyanas.

Mendoza es una ciudad ubicada en la región de Cuyo, dentro de la diagonal árida sudamericana. A través de un sistema ancestral de acequias originado por los pueblos indígenas y perfeccionado por los incas fue posible producir un «bosque urbano» que hoy disfrutamos y valoramos pero que también está siendo amenazado.  

Las acequias urbanas de Mendoza, que suman más de 950 km de canales, están integradas en la estructura de la ciudad, regando más de 615,000 árboles y contribuyendo al verde de la ciudad. Este sistema hidráulico, ha sido esencial en el desarrollo de la ciudad, sobre todo tras el terremoto de 1861, lo que obligó a organizar un nuevo trazado urbano y modernizar la infraestructura hídrica.

A pesar de su éxito en la creación de un oasis verde, el sistema enfrenta desafíos debido a la creciente escasez hídrica, exacerbada por las sequías y el cambio climático. La sobreexplotación de los recursos hídricos y el aumento de la población urbana están poniendo a prueba la sostenibilidad del entorno construido. Además, la presencia de especies no autóctonas y la distribución desigual del agua afectan a las comunidades más vulnerables, especialmente a los pueblos originarios que no tienen acceso suficiente a los recursos hídricos.

“El sistema de gestión se basa en la ley de 1884, que no les dio derechos. Cuando se construyó el dique Potrerillos, se racionalizó mucho para el consumo agrícola, pero los pueblos originarios arrinconados al fondo de la cuenca se quedaron sin las “pérdidas” que necesitan para subsistir”, explica Montaña. Asimismo, advierte que el modelo de «dominar la naturaleza», basado en un enfoque del positivismo del siglo XIX, ya no es viable. Si bien se están implementando cambios, como la plantación o reemplazo con especies nativas y de bajo consumo, los retos siguen siendo considerables para lograr un equilibrio entre el desarrollo urbano, el bienestar social y la sostenibilidad ambiental.

En nuestras publicaciones pueden encontrar más pistas acerca de la producción de los imaginarios vinculados a los oasis irrigados así como de las políticas que los hicieron posibles pero que hoy enfrentan enormes desafíos.

Link a la nota completa: https://elpais.com/america-futura/2024-11-29/mendoza-una-ciudad-bosque-en-el-desierto-gracias-a-las-acequias-urbanas.html 

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